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Enrique Bostelmann y su mirada al pasado: “La Patagonia es un verdadero archivo del tiempo en la historia de la biodiversidad y los ecosistemas”

Tras los recientes hallazgos en la Región de Aysén de más de mil fósiles, de importante interés científico, el destacado paleontólogo chileno Juan Enrique Bostelmann Torrealba asegura que la ciencia que estudia el pasado de la vida sobre la Tierra a través de los restos fósiles está viviendo un momento único en Chile. Con un acentuado interés por la conservación de la naturaleza, la trayectoria de este científico e investigador ha estado marcada por grandes entendimientos acerca de la relación de los organismos con su entorno, afirmando que el rol que cumple la zona austral del país es una valiosa ventana al pasado que nos puede ayudar a comprender nuestra historia desde por lo menos los últimos 150 millones de años.

Por Ladera Sur.

El paleontólogo e investigador asociado  de la Universidad Austral de Chile y el Museo Regional de Aysén, Juan Enrique Bostelmann, jamás pensó que iba a llegar a donde está el día de hoy. Sintiéndose más ecólogo que paleontólogo , su llegada a la paleontología estuvo marcada por una aguda atracción a temáticas relacionadas con la defensa y la conservación de la naturaleza, reflexionando que, para comprender el presente y la crisis medioambiental actual, era necesaria una visión transversal a lo largo del tiempo geológico.

Este interés por concebir el pasado lo llevó a uno de los lugares más privilegiados del mundo para encontrar respuestas desde tiempos inmemoriales: la Patagonia, donde actualmente los atractivos e imponentes relieves montañosos cumplen una valiosa función al ser contenedores de llamativos fósiles que ayudan a comprender parte de la historia de la biodiversidad.

Actualmente, Bostelmann colabora con importantes grupos de investigadores y científicos en las regiones de Aysén y Magallanes, con los cuales ha difundido evidencias sólidas para reformular antiguas teorías, generar nuevas propuestas o apoyar hipótesis pasadas. Tal es el caso de los más de mil fósiles encontrados en Aysén, los que datan de entre los 150 y 12 millones de años.

La Patagonia: un territorio extraordinario donde dialoga el presente y el pasado

Los primeros testimonios y relatos realizados sobre el territorio austral del sur de Chile datan de los siglos XVI y XVII a través de viajeros europeos que documentaron lo experimentado en sus bitácoras.  Esto trajo consigo la elaboración de registros  arqueológicos y paleontológicos, los que comenzaron a  otorgarle a  Patagonia una reputación inobjetable:  tierras inhóspitas y solitarias, que  guardan entre sus hermosos paisajes una gran fuente de información acerca de la antigüedad.

– ¿Qué importancia tiene la Patagonia en la reconstrucción de nuestro pasado?

– Se podría decir que  Patagonia es un verdadero archivo del tiempo, que nos cuentAa sobre  la historia de la biodiversidad y los ecosistemas, ya que tiene una gran cantidad de rocas fosilíferas de muchas edades y tipos de ambientes diferentes. Aquí, uno puede mirar a escala regional las transformaciones que han ocurrido con los organismos , por lo menos, durante los últimos 150 millones de años. Es un territorio que está a mitad de camino entre el Neotrópico y la Antártica, dos centros importantes de biodiversidad en la historia de Sudamérica, y que cuenta interesantes historias de intercambio y mixtura con ambas regiones. , Igualmente,  a través de la Antártica se establecieron vínculos con  Australia y lo que es Nueva Zelanda, mientras que hacia el norte uno se puede acercar a los trópicos, empezando a ver cosas más relacionadas incluso con África.

-Y, ¿qué característica tiene el territorio para que se encuentren tantas evidencias paleontológicas?

– En general, donde hay montañas, hay también rocas con potencial paleontológico. En este territorio existe una muy buena preservación de fósiles y hay excelentes registros que incluyen todo tipo de organismos. Cuando hago charlas a la comunidad, hago analogías de que aquí en la región podemos ver por diferentes ventanas a otros mundos del pasado: en esta roca miramos la ventana del mar hace 130 millones de años, en esta otra roca de aquí podemos observar las selvas subtropicales de hace 50 millones de años, por esta otra ventana miramos el Océano Atlántico hace 20 millones de años, etc. A través de estas diferentes ventanas  podemos visualizar cómo eran los ecosistemas, cómo vivían los organismos y qué tipo de interacciones generaban unos con otros.

Para el paleontólogo, la gente que habita en la zona es muy privilegiada al tener un patrimonio geológico, paleontológico y geomorfológico de tal envergadura. Su sueño es que los habitantes , específicamente de la Región de Aysén donde Bostelmann trabaja en el museo regional del lugar, logren ver que la tierra en la que residen, compuesta por más de un 80% de montañas, no es solo un gran relieve dominado por bellezas escénicas, sino que es un mosaico de rocas con diferentes edades e historias distintas.

-¿Y, cómo crees que influye el turismo o la educación ambiental en la comprensión del territorio que uno está pisando?

– Creo que es muy importante encontrar mecanismos colectivos para poder traducir la información científica a la gente. Las personas quieren que les brindemos relatos sobre la naturaleza, sobre el entorno que los rodea y sobre la constitución de los espacios culturales que han habitado, con un sustento empírico robusto. A mí me interesan varias cosas, no solo hacer ciencia ojalá de nivel mundial, sino generar otros contenidos de interés para las personas , que sean construidos desde este territorio.

-Sé que han estado generando talleres y charlas con la comunidad…

– Así es, yo quisiera que Aysén tuviera su propia identidad cultural fuertemente asociada a su registro fósil y geo-patrimonial. No hay charla que yo haya dado aquí en la zona donde no llegue alguien con un trozo de roca o fósil a preguntarme qué es esto, porque la gente los encuentra en el patio de sus casas. Así de cercano es nuestro vínculo con este pasado maravilloso.

Los mil hallazgos de la Región de Aysén

En octubre de 2022, un equipo de científicos liderados por Enrique Bostelmann, anunció una serie de hallazgos de gran importancia para la historia paleontológica de la región patagónica,  correspondiente a restos fósiles de vertebrados, invertebrados y plantas de hasta 150 millones de años atrás.

Enrique Bostelmann: Patagonia

Dentro de esas piezas de gran valor patrimonial, destacan las colecciones de mamíferos fósiles como marsupiales y toxodontes, cámaras pupales y nidos de insectos, fósiles marinos, y nuevas especies descritas por primera vez para la ciencia.

El proyecto comenzó el 2019, y fue ejecutado por la Secretaría Regional Ministerial de Minería (SEREMI de Minería), en colaboración con el Museo Regional de Aysén y financiado por el Gobierno Regional de Aysén a través del programa FNDR denominado “Fomento Productivo de los Recursos Geológicos de la Región de Aysén”. Su objetivo era la divulgación científica, generación de capacitaciones y registrar nuevos descubrimientos, pero lo más importante era acercar la ciencia a la comunidad.

– ¿Cómo surgió este proyecto?

– En Aysén han trabajado muchos equipos  de investigadores a lo largo de la historia y, como la ciencia es un proceso colectivo, partimos localizando sitios que ya habían sido estudiados previamente por colegas. Algunos de ellos por ejemplo no habían sido visitados durante los últimos  30 o 50 años. También descubrimos algunos sitios nuevos como parte del trabajo que uno hace en las montañas, a través de la revisión de fotos satelitales, mapas o las prospecciones en terreno. Fueron muchos hallazgos en muchas localidades diferentes como el río Cisnes, la zona cordillerana de Balmaceda y diversos puntos dentro del Parque Nacional Patagonia.

– ¿Fueron mil hallazgos?

– Nosotros nos propusimos colectar y entregarle al Museo Regional de Aysén 900 ejemplares, pero logramos sobrepasar ese número y finalmente ingresamos formalmente mil. Todavía estamos procesando más materiales, ya que no basta solo con recolectarlos, hay que organizarlos, prepararles recipientes adecuados , enumerarlos y publicarlos. Tenemos muchas especies nuevas: plantas, mamíferos  y algunos  invertebrados. Hay muchas cosas interesantes  que estamos describiendo en estos momentos.

-Dentro de las especies nuevas, ¿podrías destacar alguna en particular?

– Acabamos de publicar los resultados del análisis de maderas fósiles de aproximadamente 30 millones de años,  y nos encontramos con la sorpresa de descubrir tres nuevas especies de árboles,  incluyendo un nuevo  género, que describimos extensamente en el trabajo. Una de esas especies se la dedicamos a la querida botánica Adriana Hoffmann Jacoby, una persona fabulosa por quien tengo gran admiración y que tuve el honor y placer de conocer durante los años noventa. Creo que es la primera especie que se dedica en forma póstuma a Adriana. Con mucho cariño quisimos hacer este modesto homenaje a una persona que luchó tanto por el cuidado de nuestros bosques nativos. Titulamos este trabajo “maderas del bosque fósil de Pato Raro”, ya que la recolección de los ejemplares la realizamos en la localidad de Pato Raro, dentro del Parque Nacional Patagonia.

-Estos hallazgos, ¿cambian en algo la historia de la Patagonia?

– Estos descubrimientos nos ayudan a entender algo que a mí me apasiona e interesa mucho, y es la pregunta sobre cuándo  Patagonia se conformó en el espacio territorial que estamos acostumbrados a reconocer. Es decir, en qué momento los organismos que definen el territorio patagónico  se establecieron y diversificaron. Y, estamos descubriendo que ese origen es más antiguo de lo que creíamos inicialmente.

-¿Qué puedes decir respecto al legado que dejarán en la región?

– Lo fantástico es que con el programa pudimos nutrir al Museo Regional de Aysén con una hermosa colección geológica y paleontológica de primer nivel, reforzando lo que ya teníamos. Hay muy pocos museos en Chile que tienen, por ejemplo, una colección tan completa de las rocas que hay en su región. Una tarea que fue llevada adelante de forma espectacular por mis colegas de la Seremi de Minería Felipe Andrade y José Benado. También quisimos fortalecer las colecciones paleontológicas de nuestro querido museo, destacando su   importancia a nivel internacional. Tenemos muchos sueños y anhelos en lo que refiere a geo-patrimonio y fósiles, algunos que incluso podrían parecer cosas muy ambiciosas, pero estamos totalmente convencidos de que son parte del brillante futuro que aguarda a la Región de Aysén.

Enrique Bostelmann: Patagonia
El momento de oro de la paleontología chilena

Históricamente, la trayectoria de las investigaciones  paleontológicas en la Patagonia tuvieron distintas etapas, sin embargo, Enrique Bostelmann asegura que la diferencia con la actualidad es que nunca en la historia de Chile habían existido tantos paleontólogos nacionales trabajando a lo largo del país. Igualmente,  nunca se había generado  el nivel de atención que tiene hoy en día esta disciplina en los medios

– ¿En qué posición se encuentra Chile en el escenario actual de la disciplina paleontológica?

– Como país, estamos viviendo nuestro momento de oro en la paleontología, un momento de trascendencia  histórica, ya que hay equipos de profesionales estudiando  cosas fantásticas de norte a sur. En diferentes localidades existen yacimientos muy importantes, yo trabajo mayormente en Magallanes y Aysén, y puedo asegurar que los hallazgos realizados en Sierra Baguales por nosotros  o en el Río de las Chinas por los colegas de INACH-U. de Chile, ambos en Magallanes, son espectaculares. Pero así mismo hay docenas de otras localidades fantásticas bajo estudio distribuidas a lo largo del país.

 

– ¿Qué importancia tiene la paleontología en la cultura de un país?

– Los paleontólogos tenemos muchas cosas  para compartir, y una de ellas es que podemos enseñar a mirar nuestro territorio como un mosaico de cosas que han cambiado en el tiempo, aportando en discusiones sobre el futuro, el cambio climático, la actual crisis de biodiversidad y cómo encarar los problemas de las extinciones. También nos interesa el conocimiento de las especies nativas de nuestro país y sus linajes, los que han estado acompañándonos en el territorio por millones de años. Tenemos la habilidad de mirar la naturaleza en diferentes escalas del tiempo. Es como un súper poder para viajar a otras épocas y mundos diferentes, encerrados en un mismo territorio.