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La arquitectura de Explora: inigualables obras que buscan fusionarse con paisajes remotos e increíbles

Desde 1995 que la compañía de exploraciones Explora ha deslumbrado al mundo de la arquitectura y el diseño con la construcción de lodges en destinos lejanos y de ensueño. El proceso creativo de estas obras ha estado a cargo de reconocidos arquitectos como los premios nacionales de arquitectura José Cruz Ovalle y Germán Del Sol, el arquitecto Max Núñez y la oficina de arquitectura Aguiló & Pedraza Arquitectos. Los expertos han tenido el desafío y logro de diseñar construcciones que sean un complemento para las exploraciones ofrecidas y el nuevo compromiso de conservación de la compañía, buscando que el ser humano pueda habitar el destino en toda su esencia.

Torres del Paine

Lujo primordial, calidez y espacios que invitan a sentirse parte del paisaje natural y cultural del entorno son características que se pueden encontrar en los lodges Explora. La arquitectura y el diseño ejecutado para los siete destinos que ofrece la compañía han sido pensados desde cada territorio y su cultura local única.

La arquitectura de Explora se diferencia de otras compañías que ofrecen estadías porque busca resolver las necesidades de los viajeros dándole un valor primordial a la cultura y lugar en el que se encuentra, a tal punto que el paisaje que puede ser observado desde las ventanas del lodge Explora Torres del Paine, pareciera adentrarse en las mismas habitaciones.

Atacama

Creando un diálogo entre el paraje indómito y la obra

José Cruz Ovalle, arquitecto y Premio Nacional de Arquitectura 2012 que realizó seis obras para Explora, entre ellas el Hotel Explora Salto Chico en Torres del Paine junto al también Premio Nacional de Arquitectura Germán Del Sol; el lodge Explora Valle Sagrado, el lodge Explora Rapa Nui, el lodge Explora El Chaltén y la reconstrucción del lodge Explora Atacama, explica que el proceso creativo de una obra debe buscar un diálogo constante entre el paraje y un espacio habitable.

“Yo debo pensar en cómo todas las dimensiones de lo que no está habitado me puede permitir inventar una obra de arquitectura que haga valer el lugar, es decir que por un lado debe recoger el lugar para llevarlo a una forma distinta de lo que es y, por otro lado, debe crear una espacialidad propia que tenga relación con el lugar”, expresa Cruz Ovalle.

Rapa Nui

Es esa relación con el territorio lo que destaca la arquitectura de Explora, tomando en cuenta detalles que tienen que ver con la relación del exterior con el interior, pensando que el exterior no es sólo la ubicación física de la obra, sino que también la naturaleza, los personajes locales y el pasado histórico que la rodea.

“Un buen ejemplo es lo que pasa en Isla de Pascua, donde los moáis se pueden entender como estructuras que se hunden en el suelo y otras que sobresalen de él produciendo diversos cambios respecto al horizonte, un horizonte redondo porque los límites de la isla están muy cerca. Aquí hay toda una espacialidad que nace del diálogo, al igual que los distintos cuerpos que forman el hotel, los que se acompañan entre sí como los moáis pero no constituyen un único cuerpo. Esta es una invención que la puede hacer el arte y la arquitectura, donde se inventa una forma de mirar porque se ven otras cosas, se requiere observación”, comenta el reconocido arquitecto.

Cruz Ovalle destaca que la obra trata de un lugar en el que la extensión se recoge en una suerte de espacio continuo que no es culminante,  sino que es un espacio que se puede habitar en todo su recorrido, capturando la esencia de la filosofía de Explora, donde el objetivo de las exploraciones no son alcanzar la cumbre de una montaña, sino que es cada trayecto realizado.

“Si te fijas, el hotel de Torres del Paine no va en una recta, sino que es un recorrido que no sólo llega al lago Pehoé, sino que también puedes mirar hacia atrás, sin ignorar lo que hay por detrás, por delante y por los lados. Están todos los rincones presentes”, expresa el experto.

Sacred Valley

Materiales nobles y locales que realzan el entorno

El lodge Explora Valle Sagrado, también obra del arquitecto José Cruz Ovalle, se abre paso sigiloso entre las montañas y campos de cultivo incas. Sus líneas finas e infinitas pareciera que hicieran de este edificio una sola pieza con el paisaje que lo rodea. Esa idea de fusión y armonía con su entorno fue justo el objetivo de la obra y, para eso, era necesario utilizar formas y materialidades propias de la cultura local inca.

“En el lodge del Valle Sagrado, algunos estucos fueron hechos con pigmentos naturales, también se utilizaron cementos, piedras y techos del lugar. Todas materias opacas y sin brillo, para no emitir ruido visual”, expresa Cruz Ovalle.

El Chaltén

Esas materialidades y formas lograron la construcción de un “borde habitable”, tal como lo denomina el arquitecto, refiriéndose a la profundidad que le otorgó al hotel en relación con el paisaje, teniendo la presencia de todos los lados del lugar en la obra.

Del mismo modo, el lodge Explora El Chaltén, también obra del arquitecto, buscó ser el umbral entre el Valle del Río Eléctrico y el Glaciar Marconi, ambos sitios de enorme belleza de la Patagonia Argentina.

Para situarse en el paso de ambos lugares, Cruz Ovalle decidió que el lodge o refugio debía utilizar materiales resistentes al clima de la Patagonia, un revestimiento de planchas metálicas en el exterior para soportar la lluvia, el frío y el viento, y madera en el interior, para crear una atmósfera de un espacio más silencioso y acogedor.

“El interior lo hicimos de madera, porque un espacio así debe tener una materia táctil y una sonoridad adecuada, porque la arquitectura también mide la cantidad de reflejo de la voz y el ruido que tiene el interior. Uno siente la inclemencia del clima y tienes proximidad con él, pero al mismo tiempo tienes el calor de un refugio donde hay cercanía, produciendo mayor intimidad entre las personas. Es una experiencia muy distinta al de un hotel que está en otro clima”, comenta el arquitecto.

Torres del Paine Conservation Reserve

Tomando en cuenta el valor de la historia y la sustentabilidad

Para Rodrigo Pedraza, arquitecto de la oficina de Aguiló & Pedraza Arquitectos quienes están trabajando en el diseño arquitectónico de la Reserva de Conservación Explora Torres del Paine, los lugares remotos son una oportunidad para desarrollar una arquitectura que desafía el tratamiento del paisaje, siempre respondiendo al desafío de cómo ubicar un objeto nuevo y distinto en zonas donde hay que proteger y considerar la biodiversidad.

Cuando comenzaron el proyecto, el equipo de arquitectos compuesto por Diego Aguiló y Rodrigo Pedraza tuvieron la suerte de recorrer por cerca de 25 días junto a gente local a caballo y pie el territorio en el cual desarrollarían la arquitectura de la reserva de conservación, un reconocimiento de territorio clave que les cambiaría la perspectiva del mismo.

“Nosotros íbamos con la lógica de armar un pequeño hotel, un edificio para los operarios, un centro o portería para la reserva y trasladar unas caballerizas, sin embargo no sabíamos que íbamos también a rescatar una historia preciosa con una dimensión social y cultural importante al darnos cuenta de que también se transformaría en un proyecto de restauración y de puesta en valor del patrimonio cultural gaucho al restaurar un antiguo galpón de esquila”, expresa Pedraza.

Así es como el galpón de esquila que data alrededor de 1930 y que parecía estar parado en el tiempo con antiguas maquinarias y postes marcados con el número de ovejas esquiladas, se terminó convirtiendo en una parte central del proyecto, restaurándolo como un lugar de encuentro para los visitantes y proyectando el traslado de caballerizas a su lado.

“Decidimos trabajar para el exterior con maderas termotratadas que no necesiten ningún tipo de barniz o productos químicos, ya que nos hacía lógica darle sentido a este proyecto desde el uso de los materiales hasta la manera en que éstos iban a envejecer para los próximos 100 o 50 años más. La sustentabilidad tiene que ver con el uso razonable de los recursos, tiene que haber una cadena para atrás, no nos sirve hablar de conservación si no hay un propósito o sentido que tiene que ver con un modelo de arquitectura y construcción diferente”, comenta el arquitecto.