Los glaciares de El Chaltén: un paraíso de hielo en la Patagonia Argentina
Entre las magníficas montañas y lagos de color turquesa que rodean al increíble pueblo argentino de El Chaltén, se encuentra un gran número de glaciares que deslumbran por su atractivo, historia y valor ambiental. Son parte del importante Campo de Hielo Patagónico Sur y pertenecen a los 48 glaciares grandes y más de 100 de menor tamaño que se pueden encontrar en el Parque Nacional Los Glaciares, siendo su visita un imperdible para los amantes de la naturaleza. Si bien, desde la década de 1970 que se encuentran en un retroceso constante, hoy en día se busca con urgencia tomar consciencia de la gran importancia que tienen estas grandes masas de hielo para la subsistencia de la vida. Aquí te contamos más detalles.
Ubicado en la zona norte del Parque Nacional Los Glaciares, en la provincia de Santa Cruz, Argentina, El Chaltén es una localidad que atrae cada año a gran cantidad de viajeros amantes de la naturaleza, el trekking, el senderismo y la escalada. No es casualidad que lo llamen la Capital del Trekking de Argentina, ya que sus innumerables senderos y vistas imponentes hacen de este lugar un destino perfecto.
Entre sus paisajes, no solo destacan el famoso monte Fitz Roy y el Cerro Torre, sino que también es posible ver gran cantidad de lagos, una maravillosa vegetación y particular fauna, entre ellos el escaso huemul (Hippocamelus bisulcus), que depende de una gran cantidad de glaciares a los que es posible acceder desde el joven pueblo argentino de El Chaltén.
Antiguo campo de hielo que da cuenta del increíble paso del tiempo
Presenciar en vivo y en directo un glaciar es una experiencia fascinante y única que cualquier viajero debería vivir. En El Chaltén, no sólo se pueden presenciar estas increíbles masas de hielo a pocos kilómetros del poblado, sino que también es posible realizar expediciones con una visión de este panorama glacial único en el mundo, ya que aquí los glaciares tienen una altura media de 1500 m.s.n.m., lo que hace que gran parte de ellos sean fácilmente observables y accesibles, siempre y cuando se cuente con los resguardos adecuados.
Los ventisqueros o glaciares que podemos encontrar en la zona están alimentados por la gran masa de hielo continental del Campo de Hielo Patagónico Sur, también conocido como Campos de Hielo Sur o Campo de Hielo Continental Patagónico, el cual sobresale entre la majestuosa Cordillera de Los Andes, abarcando un amplio territorio de 12.363 km2 compartido por Argentina y Chile, considerándose la tercera extensión de hielo más grande del mundo después de la Antártida y Groenlandia, y la segunda reserva de agua dulce más grande del planeta.
Los glaciares son cuerpos de nieve y hielo que se formaron gracias a la acumulación, compactación y recristalización de la nieve, formando una masa que, en el caso del Campo de Hielo Patagónico Sur, ha estado presente desde el último avance glaciar que hubo en esta zona hace aproximadamente 20 mil años atrás, con un pasado que se remonta hacia el Mioceno tardío, donde comenzaron a ocurrir las glaciaciones y cambios que formaron lo que vemos hoy en el paisaje de la Cordillera de los Andes en la Patagonia, tal como lo explica una exhaustiva investigación que realizó Eduardo Malagnino, doctor en ciencias geológicas, respecto a dicho sitio.
Varios miles de millones de años más tarde, diversos personajes de la historia llegarían a explorar la gran masa de hielo, entre ellos el capitán Juan Fernández Ladrillero, Antonio Viedma, Alberto Agostini y Francisco Perito Moreno, entre otros aventureros que crearon relatos y narraciones de sus viajes avistando grandes masas gélidas. Sin embargo, el campo de hielo ya se mencionaba en antiguas leyendas indígenas de la zona.
En 1937, el Gobierno de Argentina creó el Parque Nacional Los Glaciares, un sitio donde convergen los glaciares que conforman el Campo de Hielo Patagónico Sur por el lado de Argentina, numerosos bosques e importantes montañas de la zona. Además, en 1981, la Organización de las Naciones Unidas (UNESCO) declaró la zona como Sitio de Patrimonio Mundial.
Los grandes imperdibles
La roca, montaña y hielo que encontramos en el entorno del pueblo montañoso argentino resaltan aún más los senderos y vías por donde podemos encontrar los distintos glaciares y las lagunas que se nutren de ellos. Cuando se desarrolló el turismo en El Chaltén, fue una increíble oportunidad para los turistas, viajeros y amantes de la naturaleza tener la posibilidad de poder interactuar de cerca con los glaciares, sitios turísticos imperdibles por su gran belleza e impactantes movimientos.
A tan solo 131 kilómetros de distancia desde El Chaltén, el glaciar Perito Moreno, uno de los más reconocidos del Campo de Hielo Patagónico Sur, se abre paso como una lengua, comprendiendo el término como la parte del glaciar que se interna en un valle, con 258 km2 y una belleza imparable, siendo reconocido por la destacada revista Condé Nast Traveller como una de las siete maravillas del mundo del 2023, describiéndolo como un lugar poderoso y deslumbrante, donde es posible escuchar los estruendosos icebergs que se desprenden en el agua.
Cerca del poblado, se encuentra el increíble glaciar Upsala de 902 km2, una masa de hielo caracterizada por su estabilidad y silencio. Su largo es de 53,7 km y posee unas formas increíbles. Sus glaciares confluentes deslumbran el paisaje del maravilloso Lago Argentino de aguas color turquesa, uno de los lagos más grandes de la Patagonia Argentina.
A 28 kilómetros de la Capital Nacional del Trekking de Argentina, se encuentra el impresionante glaciar Viedma, considerado el glaciar más largo de América del Sur, con una longitud de 70 km y una gran superficie de 978 km2. Este gigante de hielo nace desde el volcán Lautaro y se extiende entre los cerros Huemul y Campana hasta llegar al profundo lago Viedma, considerado el lago más largo de Argentina formado por abrasión glaciar, siendo su visita una de las más increíbles de la zona.
“Cuando fui por primera vez al glaciar Viedma me encontré con grandes ríos que corren sobre el hielo. En ese entonces, yo no tenía idea que eso podía existir, lo que se llama ríos supraglaciales, algo fascinante”, explica Camilo Rada, glaciólogo, investigador y académico de la Universidad de Magallanes.
También, a los pies de la laguna Huemul, destaca el glaciar Huemul, del cual emergen impresionantes saltos de agua y vistas espectaculares. O, a pocos kilómetros del pueblo de montaña, es posible visitar la laguna Torre y el imponente glaciar Torre, íconos que son parte del paisaje que alberga al conocido cerro Torre. Sin embargo, si de paisajes de increíble belleza se trata, hay que incorporar al itinerario el trayecto a la laguna Azul y laguna del Diablo para asombrarse con el glaciar Cagliero.
Otro imperdible se encuentra cercano al río de las Vueltas, entre el lago del Desierto y la laguna Huemul, donde se puede observar la belleza del glaciar Vespignani, un grande de hielo que se puede visitar a través de un maravilloso e imperdible trekking desde El Chaltén, entre otros impresionantes y relevantes glaciares que se pueden visitar desde el poblado de montaña.
Una frágil e importante fuente de agua y vida
Actualmente, los glaciares están viviendo un período donde su retroceso ha ido en aumento, producto de su propia historia geológica glacial y la acción del ser humano que ha derivado al cambio climático, donde el aumento de temperaturas en el planeta ha producido una serie de desequilibrios, entre ellos que los glaciares del mundo hayan perdido casi 10 billones de toneladas de hielo en los últimos 50 años.
“A partir del siglo XX, este retroceso ha sido más acelerado, lo que nos permite encontrarnos actualmente con la condición que, tal vez, los glaciares hubieran tenido en el año 2100 si no hubiera existido el impacto antrópico, ya que estas grandes masas de hielo no retroceden de forma gradual o regular, retroceden a pasos o escalones”, explica el glaciólogo.
Los expertos indican que existen glaciares que pueden mantenerse estables durante un largo período de tiempo, sin embargo, la geografía juega un rol fundamental en la estabilidad de un glaciar, tal como ocurrió con el glaciar Torre, el cual al momento de alejarse de la barrera geográfica donde se sostenía, comenzó un retroceso acelerado.
“Todos están en un estado preocupante, pero el que más preocupa es el glaciar Viedma, porque es de un gran tamaño en comparación con todos los demás y su retroceso ha sido grande. Aquí, el tema es que los glaciares son las vías por donde sale el hielo del campo de hielo y, la tasa con que sale el hielo está aumentando más de lo que debería”, agrega Rada.
Al ser los glaciares parte de un sistema dinámico de la naturaleza, donde se van a derretir sin importar lo que hagamos para impedirlo, la urgencia que hay en la protección de éstos es en intentar que el derretimiento de ellos sea lo más lento posible, para que el ser humano y la biodiversidad que lo rodea sea capaz de adaptarse a esos cambios.
“Todos los glaciares tienen la relevancia de que son una reserva de agua que regulan el clima, los caudales de los ríos y el nivel del mar. A medida que los glaciares pierden hielo, éste va al mar, haciendo que suba el nivel del agua. Los glaciares de El Chaltén tienen un valor turístico que no tienen todos, y eso es súper importante porque es la manera que tenemos de que las personas experimenten, vean y tomen consciencia de lo que está pasando con los glaciares y el planeta”, comenta el glaciólogo.