Vinos chilenos, con sentido de origen y de excelente calidad son algunas de las características que tienen en común los vinos de la nueva carta de Explora. Una original y variada selección realizada por Héctor Vergara, el único Master Sommelier de Latinoamérica, con el objetivo de invitar a nuestros viajeros a descubrir el territorio chileno a través de esta bebida.
“La persona que viene a Torres del Paine o Atacama, quiere tener una experiencia de lo nuestro. No es ninguna gracia, por ejemplo, que le ofrezcamos un foie gras de Francia porque eso ya lo han visto y probado en otros lados”, comenta Vergara justificando por qué nuestra carta incluye exclusivamente vinos chilenos, que abarcan gran parte del territorio, de norte a sur y de mar a cordillera, y cepas como Sauvignon Blanc, Sauvignon Gris, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon y la cepa insigne de Chile, el Carménère, por nombrar algunas.
Además de ser chilenos, todos los vinos de esta selección tienen, según Vergara, una particularidad. “En este negocio, hay una cantidad de vino que es bueno, respecto del cual yo no voy a dar mayores explicaciones, diré que es bueno, que acompaña comidas, pero no puedo decir mucho más. Hay otra cantidad de vinos, en cambio, que sí tiene sentido de pertenencia de un lugar, de los cuales sí es posible contar una historia; y nosotros hemos hecho lo posible justamente por plasmar eso en la carta.”
Para este experto, el sentido de origen es una tendencia mundial. “No pasa solo con el vino, también sucede con los alimentos, con la música, con el arte, con muchas cosas. Lo que tiene sentido de pertenencia, indudablemente tiene un valor agregado.”
En Chile, esta tendencia ha ido de la mano con el redescubrimiento de cepas ancestrales en el Valle del Maule (VII séptima región de Chile) y de cepas que no se valoraron y que ahora reviven como el Carignan y el Pipeño, que se incluyeron en la nueva carta de vinos. Según explica el Master Sommelier, “esta tendencia tiene además un sentido social muy importante porque se le está pagando un mayor precio a los pequeños productores”.
Un viaje a los orígenes del vino en Chile
La elección del Carignan y el Pipeño- el vino que se ofrece durante nuestras exploraciones y los Quinchos- tiene que ver con la historia que hay detrás de estas cepas. El Aupa Pipeño es un ensamblaje de Carignan y uva País, una cepa que llegó a Chile con los jesuitas en el siglo XVI – cuando el español y fundador de la ciudad de Santiago, Pedro de Valdivia escribió la famosa carta “vides y vinos para evangelizar”-, cuenta a modo anecdótico el experto. “Necesitaban vino para beber, pero también para la misa”, continúa y agrega: “la uva País es la uva con la que se hizo el primer vino en Chile y, por lo tanto, es un vino que tiene raíces. El origen del vino nace ahí.” Respecto de sus características, Vergara compara este vino a un Pinot Noir, “tiene menos color, porque la piel de la uva es más delgadita y la materia colorante en la uva es suave. Es liviano, tiene 12 grados, 12 y medio, mientras que los otros vinos tienen 14 y 15”.
Y el Carignan llegó a Chile a principios del siglo XX, importado desde España por el gobierno chileno para ayudar a la uva país a tener mayor color. Inicialmente, se plantó en la zona del secano costero en el valle del Maule principalmente, y después llegó a Concepción. “Esa uva en España y en Francia se considera una uva de segunda o tercera calidad, pero cuando prueban nuestro Carignan quedan asombrados, porque nos les coincide con el de allá y eso es porque aquí se produce en pequeñas cantidades, y expuesto a otras condiciones geográficas. Se produce generalmente en zonas cercanas a la cordillera de la Costa hacia el interior”, explica Vergara, invitando a los viajeros a probar el Orzada Carignan de nuestra carta.
Pequeñas producciones y exclusividad
Otra de las características que el experto destacó como común a los vinos del menú fue la exclusividad. Desde su punto de vista, que algo sea exclusivo “no pasa por ser algo inalcanzable para la gente, sino que es algo de pequeña producción, que no lo vas a encontrar en todas partes y sobre todo es calidad”.
En ese sentido, Cipreses Sauvignon Blanc de Casa Marín es un claro ejemplo de que esta carta también destaca por calidad. “No creo que haya otro vino más premiado que este”, comenta Vergara para referirse al que es considerado el mejor Sauvignon Blanc de Chile. Un vino producido en Lo Abarca, a 4 kilómetros del Océano Pacífico, con toques de frutas blancas, notas cítricas y dejos minerales propios de su cercanía al mar, y es que los vinos, tal como afirma el Master Sommelier, dan cuenta del lugar donde fueron producidos. “Un vino puede hacerte viajar, soñar y llevarte a otros lugares. Es una acuarela que tiene colores, tiene aromas y tiene sabores que te transportan a un lugar”, concluye el Master Sommelier.