Reserva de Conservación Torres del Paine
Ubicadas en el sector noreste del Parque Nacional Torres del Paine, estas dos estancias son la verdadera expresión de la riqueza de la Patagonia. Incluyen diferentes ecosistemas, tales como el bosque magallánico, matorrales preandinos, estepas y el desierto patagónico. Dos ríos atraviesan las estancias acompañados de humedales, lagunas y otros cuerpos de agua. Esta tierra es el hogar de los gauchos de la Patagonia, quienes, en su vida diaria, siguen practicando sus antiguas tradiciones y les dan la bienvenida a los visitantes con la natural hospitalidad de un territorio destinado a la distancia y la soledad.
En las últimas décadas, nuestro compromiso y comprensión de la Patagonia ha reforzado nuestro cariño por este territorio y la gente que pertenece a él o que lo visita. Sus excepcionales paisajes milenarios, ecosistemas únicos y tradiciones locales son un patrimonio mundial que sólo la conservación sustentable puede preservar para las generaciones actuales y futuras.
En 2019 iniciamos la travesía de la reserva realizando un amplio estudio de la flora y fauna, la que entregó un detallado mapa de las especies locales: alrededor de 130 tipos de plantas, 50 tipos de aves y 15 especies de mamíferos, incluyendo los ñandúes Darwin, flamencos, cóndores, armadillos, guanacos y pumas. Para esta última e icónica especie, instalamos cámaras ocultas a lo largo de las tierras protegidas con el fin de entender mejor su presencia y comportamiento en la zona. Los gauchos residentes de nuestras estancias revisan periódicamente las cámaras para obtener nuevos hallazgos.
Ubicación
Situada en el sector noreste del Parque Nacional Torres del Paine, esta Reserva de Conservación Explora es la verdadera expresión de la riqueza de la Patagonia. Contiene diferentes ecosistemas, tales como el bosque magallánico, matorrales preandinos, estepas y desiertos patagónicos. La zona entre los Cuernos del Paine y la Sierra Baguales es la única en la región donde se pueden observar simultáneamente ambos paisajes icónicos que también representan algunos de los elementos más simbólicos de este austral rincón del planeta. El río Zamora y el río Las Chinas atraviesan las estancias junto a humedales, lagunas y otros cuerpos de agua. El campo acoge a un amplio rango de animales, aves y una variedad de especies endémicas que hace de este un territorio rico en biodiversidad y muy atractivo para la exploración.
Para planificar tu visita a la reserva, ingresa a www.conservationreserves.org
Hectáreas
El total del territorio que será legalmente protegido por medio del Derecho Real de Conservación (DRC) de manera que pueda ser conservado a perpetuidad.de Bosques
Este es el porcentaje del campo que corresponde a bosques. De él, un 19% es bosque nativo compuesto por lengas y ñirres.Especias de flora
95 de ellas son especias nativas, y en la reserva constituyen el 96% de la flora endémica de la región.Especies de Fauna
La reserva acoge 40 especies, entre las cuales se destacan el puma y 33 tipos de aves, incluyendo el flamenco chileno y la perdiz austral.Galería
Acerca de nuestra Reserva de conservación
Manteniendo el espíritu de las tradicionales estancias, la reserva ofrece una oportunidad única de explorar y conservar la esencia de la Patagonia. Está concebido para ser un espacio vivo en el cual viajeros, visitantes, guardabosques, guías, investigadores y voluntarios puedan apoyar y participar en un amplio rango de experiencias de exploración y conservación.
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Como en el largo plazo la filantropía suele desvanecerse, dimos inicio a un proyecto que une las virtudes de las empresas comerciales con organizaciones sin fines de lucro. Este diseño nos permite expandir y acelerar la conservación y proyectarla a perpetuidad.
El territorio de la reserva retiene un 97% de su superficie destinándolo exclusivamente a la exploración y la conservación, en tanto el restante 3% será objeto de desarrollos que incluyan turismo, investigación y educación. En el espíritu de las tradicionales estancias, el casco de la reserva congrega servicios y actividades. Desde ahí también habrá disponibilidad de una amplia gama de exploraciones: tanto dirigidas por guías con su especial entrenamiento y conocimiento, como por senderos autoguiados con contenido de exploración y conservación, y apoyados por la tecnología. Como la tradición gaucha también sigue viva en la reserva, las cabalgatas de exploración en su compañía son testimonios de su forma de vida local.
Para la planificación del cuidado del ecosistema, la metodología de “estándares abierto para la conservación” será usada, la que provee una metodología integrada a la planificación estratégica y manejo de la conservación, basado en manejo del ciclo adaptativo. Los estándares abiertos juntan conceptos, terminologías e iniciativas en proyectos, diseños, manejo y monitoreo de conservación, para optimizar la práctica de la conservación.
Pronto, tendremos más detalles y los invitaremos a involucrarse en nuestras reservas, donde podrás participar como viajero, investigador, visitante, voluntario o incluso practicante.
Para planificar tu visita a la reserva, ingresa a www.conservationreserves.org
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Ubicada cerca del borde noreste del Parque Nacional Torres del Paine, la Reserva de Conservación Torres del Paine es una tierra majestuosa en el corazón de la Patagonia.
Entre los Cuernos del Paine y la Sierra Baguales, este es el único sector de la región donde se puede observar simultáneamente ambos paisajes icónicos, los que también representan algunos de los elementos más simbólicos de este austral rincón del planeta. El valle se sitúa en un escenario geológico con notables paisajes y vistas desde cualquier punto en el que uno se encuentre. Dependiendo de la época del año, se forman muchos humedales en el área del valle. También está la Laguna Jara, un gran cuerpo de agua en el corazón de la reserva, donde generalmente se puede observar vida silvestre, especialmente aves residentes. El río Las Chinas, que se origina en los Andes, da vida a un brazo conocido localmente como río Zamora, que cruza completamente la reserva y define el paisaje. La estepa es un rasgo característico del paisaje de la Patagonia, y la Reserva de Conservación Explora, Torres del Paine, no es una excepción. Por décadas, esta región ha sido testigo del desarrollo ganadero dentro de las comunidades, donde los gauchos y quienes cuidan los animales han viajado incesantemente a través de estas vastas zonas.
Las montañas flanquean partes de la estepa para luego dar paso a lo que se conoce localmente como “La Vega”: un gran pedazo de tierra lo suficientemente fértil para contar con pasto durante todo el año, especialmente en los más lluviosos. Esta zona, usada por décadas para el pastoreo y manejo de ganado, ha cesado dicha actividad para privilegiar nuestro propósito de conservación.
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En esta reserva, de más de 6.000 hectáreas, uno puede encontrar profundos bosques de lenga (nothofagus pumilio) y ñirre (nothofagus antartica).
Los fuertes vientos le han dado forma a estos árboles endémicos, que cuentan una historia sobre la tierra, la que también muestra un vasto paisaje estepario. Se puede apreciar el paso del tiempo en el campo. Algunas zonas, donde el viento golpea sin compasión, son casi estériles, en tanto otras pueden dar vida y hacer prosperar bosques y vegetación similar a matorrales.
La altitud y la proximidad a las cadenas montañosas en la frontera con Argentina le otorgan a la reserva una ventaja única en la protección de la biodiversidad. Una parte distintiva del paisaje vegetal es el neneo (anarthrophyllum desideratum), un matorral endémico con forma de bola que puede resistir condiciones extremas de clima y los vientos directos. Estos matorrales, junto a las lengas y el pasto, cambian de colores en otoño y transforman la zona en un escenario rojo y amarillo. Algunos dicen que esa es la época más hermosa del año para visitar.
Muchas especies locales de fauna, especialmente aves, se pueden encontrar aquí. Más de cien especies de aves residentes han sido identificadas, lo que hace de esta reserva una de las más ricas en biodiversidad en su tipo. En los humedales y la laguna Jara, se pueden observar muchas especies de aves residentes, tales como flamencos, patos y otras especies locales, como bandurrias y ñandúes (avestruces locales). Otra especie común en la región, que prospera en esta área, es el guanaco, un camélido local presente a lo largo de la región andina, que puede sobrevivir en diferentes condiciones geográficas.
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Por siglos, esta zona estuvo habitada por el pueblo tehuelche, específicamente por la tribu de los aónikenk.
Actualmente, la Patagonia es el hogar de los gauchos y su cultura única.
Después de la llegada de lo colonizadores europeos a mediados del siglo XIX, sucesivos y desafortunados eventos erradicaron a los aónikenk y a otras tribus locales. En la actualidad hay un creciente reconocimiento de que fueron maltratados y que se aprovecharon de ellos. El hallazgo arqueológico de artefactos como flechas de piedras, parece indicar que esta era una tierra privilegiada para la caza de guanacos y ñandúes. En futuros proyectos de conservación, creemos que podríamos investigar más en profundidad la presencia tehuelche en la reserva.Otro aspecto de la influencia europea en la zona es la introducción del caballo. La equitación se hizo crucial allí, y el caballo en sí mismo se convirtió en un elemento esencial para la dieta de los locales. A comienzos del siglo XX, se iniciaron las primeras formas de turismo e investigación en la zona. Lady Florence Dixie, una escritora escocesa y un ícono feminista, fue pionera en documentar el campo y jugó un rol esencial en revelar la Patagonia al resto del mundo. A través de sus descubrimientos e ilustraciones, podemos afirmar que la reserva fue parte de sus viajes.
A lo largo del último siglo, esta zona ha sido el hogar de gauchos, su ganado y sus caballos. Ellos desarrollaron una cultura única en relación a al manejo de estos animales, la que ha tenido un gran influencia en el estilo de vida de la región. Se trata de una cultura nutrida tanto por las ancestrales tradiciones de los colonos europeos y el icónico territorio de la Patagonia. En muchas formas, los gauchos y su estilo de vida han pavimentado el camino para un turismo sustentable en el área. Esta actividad, fuertemente orientada a los animales, ha sido parte de la identidad de la región por largo tiempo. Nos ha entregado una cultura local en la que se mezclan aspectos históricos y que, a diferencia de muchas otras, aún sigue viva. Explora ha sido cuidadosa en preservar esta cultura, invitando a miembros de la comunidad a participar en explorar y conservar esta área mediante su invaluable experiencia.
Como en el largo plazo la filantropía suele desvanecerse, dimos inicio a un proyecto que une las virtudes de las empresas comerciales con organizaciones sin fines de lucro. Este diseño nos permite expandir y acelerar la conservación y proyectarla a perpetuidad.
El territorio de la reserva retiene un 97% de su superficie destinándolo exclusivamente a la exploración y la conservación, en tanto el restante 3% será objeto de desarrollos que incluyan turismo, investigación y educación. En el espíritu de las tradicionales estancias, el casco de la reserva congrega servicios y actividades. Desde ahí también habrá disponibilidad de una amplia gama de exploraciones: tanto dirigidas por guías con su especial entrenamiento y conocimiento, como por senderos autoguiados con contenido de exploración y conservación, y apoyados por la tecnología. Como la tradición gaucha también sigue viva en la reserva, las cabalgatas de exploración en su compañía son testimonios de su forma de vida local.
Para la planificación del cuidado del ecosistema, la metodología de “estándares abierto para la conservación” será usada, la que provee una metodología integrada a la planificación estratégica y manejo de la conservación, basado en manejo del ciclo adaptativo. Los estándares abiertos juntan conceptos, terminologías e iniciativas en proyectos, diseños, manejo y monitoreo de conservación, para optimizar la práctica de la conservación.
Pronto, tendremos más detalles y los invitaremos a involucrarse en nuestras reservas, donde podrás participar como viajero, investigador, visitante, voluntario o incluso practicante.
Para planificar tu visita a la reserva, ingresa a www.conservationreserves.org
Ubicada cerca del borde noreste del Parque Nacional Torres del Paine, la Reserva de Conservación Torres del Paine es una tierra majestuosa en el corazón de la Patagonia.
Entre los Cuernos del Paine y la Sierra Baguales, este es el único sector de la región donde se puede observar simultáneamente ambos paisajes icónicos, los que también representan algunos de los elementos más simbólicos de este austral rincón del planeta. El valle se sitúa en un escenario geológico con notables paisajes y vistas desde cualquier punto en el que uno se encuentre. Dependiendo de la época del año, se forman muchos humedales en el área del valle. También está la Laguna Jara, un gran cuerpo de agua en el corazón de la reserva, donde generalmente se puede observar vida silvestre, especialmente aves residentes. El río Las Chinas, que se origina en los Andes, da vida a un brazo conocido localmente como río Zamora, que cruza completamente la reserva y define el paisaje. La estepa es un rasgo característico del paisaje de la Patagonia, y la Reserva de Conservación Explora, Torres del Paine, no es una excepción. Por décadas, esta región ha sido testigo del desarrollo ganadero dentro de las comunidades, donde los gauchos y quienes cuidan los animales han viajado incesantemente a través de estas vastas zonas.
Las montañas flanquean partes de la estepa para luego dar paso a lo que se conoce localmente como “La Vega”: un gran pedazo de tierra lo suficientemente fértil para contar con pasto durante todo el año, especialmente en los más lluviosos. Esta zona, usada por décadas para el pastoreo y manejo de ganado, ha cesado dicha actividad para privilegiar nuestro propósito de conservación.
En esta reserva, de más de 6.000 hectáreas, uno puede encontrar profundos bosques de lenga (nothofagus pumilio) y ñirre (nothofagus antartica).
Los fuertes vientos le han dado forma a estos árboles endémicos, que cuentan una historia sobre la tierra, la que también muestra un vasto paisaje estepario. Se puede apreciar el paso del tiempo en el campo. Algunas zonas, donde el viento golpea sin compasión, son casi estériles, en tanto otras pueden dar vida y hacer prosperar bosques y vegetación similar a matorrales.
La altitud y la proximidad a las cadenas montañosas en la frontera con Argentina le otorgan a la reserva una ventaja única en la protección de la biodiversidad. Una parte distintiva del paisaje vegetal es el neneo (anarthrophyllum desideratum), un matorral endémico con forma de bola que puede resistir condiciones extremas de clima y los vientos directos. Estos matorrales, junto a las lengas y el pasto, cambian de colores en otoño y transforman la zona en un escenario rojo y amarillo. Algunos dicen que esa es la época más hermosa del año para visitar.
Muchas especies locales de fauna, especialmente aves, se pueden encontrar aquí. Más de cien especies de aves residentes han sido identificadas, lo que hace de esta reserva una de las más ricas en biodiversidad en su tipo. En los humedales y la laguna Jara, se pueden observar muchas especies de aves residentes, tales como flamencos, patos y otras especies locales, como bandurrias y ñandúes (avestruces locales). Otra especie común en la región, que prospera en esta área, es el guanaco, un camélido local presente a lo largo de la región andina, que puede sobrevivir en diferentes condiciones geográficas.
Por siglos, esta zona estuvo habitada por el pueblo tehuelche, específicamente por la tribu de los aónikenk.
Actualmente, la Patagonia es el hogar de los gauchos y su cultura única.
Después de la llegada de lo colonizadores europeos a mediados del siglo XIX, sucesivos y desafortunados eventos erradicaron a los aónikenk y a otras tribus locales. En la actualidad hay un creciente reconocimiento de que fueron maltratados y que se aprovecharon de ellos. El hallazgo arqueológico de artefactos como flechas de piedras, parece indicar que esta era una tierra privilegiada para la caza de guanacos y ñandúes. En futuros proyectos de conservación, creemos que podríamos investigar más en profundidad la presencia tehuelche en la reserva.
Otro aspecto de la influencia europea en la zona es la introducción del caballo. La equitación se hizo crucial allí, y el caballo en sí mismo se convirtió en un elemento esencial para la dieta de los locales. A comienzos del siglo XX, se iniciaron las primeras formas de turismo e investigación en la zona. Lady Florence Dixie, una escritora escocesa y un ícono feminista, fue pionera en documentar el campo y jugó un rol esencial en revelar la Patagonia al resto del mundo. A través de sus descubrimientos e ilustraciones, podemos afirmar que la reserva fue parte de sus viajes.
A lo largo del último siglo, esta zona ha sido el hogar de gauchos, su ganado y sus caballos. Ellos desarrollaron una cultura única en relación a al manejo de estos animales, la que ha tenido un gran influencia en el estilo de vida de la región. Se trata de una cultura nutrida tanto por las ancestrales tradiciones de los colonos europeos y el icónico territorio de la Patagonia. En muchas formas, los gauchos y su estilo de vida han pavimentado el camino para un turismo sustentable en el área. Esta actividad, fuertemente orientada a los animales, ha sido parte de la identidad de la región por largo tiempo. Nos ha entregado una cultura local en la que se mezclan aspectos históricos y que, a diferencia de muchas otras, aún sigue viva. Explora ha sido cuidadosa en preservar esta cultura, invitando a miembros de la comunidad a participar en explorar y conservar esta área mediante su invaluable experiencia.
Estemos en contacto
Durante los próximos meses, compartiremos actualizaciones sobre las Reservas de Conservación y cómo participar y visitar el área tan pronto como abramos. Estamos muy emocionados de comenzar este proyecto y nos encantaría tener una charla. Si desea mantenerse actualizado, ingrese su correo electrónico a continuación.
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